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BBVA presenta en FEDA su informe sobre “Situación Castilla-La Mancha”, que estima 44.000 nuevos empleos hasta finales de 2020

Miércoles, 25 Septiembre 2019

A nivel doméstico, la incertidumbre de política económica se mantiene elevada, por la repetición electoral y las dudas sobre los efectos de algunas de las medidas recientemente aprobadas

Un factor de incertidumbre es el Brexit sin acuerdo y ese posible conflicto comercial situaría a la región ante un entorno de menor crecimiento de la economía mundial.

BBVA Research prevé que la economía castellano-manchega cree 44.000 puestos de trabajo entre el final de 2018 y diciembre de 2020 y reduzca la tasa de paro hasta el 12,7%. Así lo indica el Servicio de Estudios de BBVA en su último informe ‘Situación Castilla-La Mancha’, presentado hoy por el economista principal responsable del Análisis Regional para España de BBVA Research, Pep Ruiz, y Francisco Pla, director de la Regional Centro de BBVA. Las previsiones de crecimiento del PIB para Castilla-La Mancha, del 2,3% en 2019 y del 2,1% en 2020, son coherentes con la continuación de la recuperación del empleo, aunque la ocupación aún se situaría un 1% por debajo del nivel pre crisis al final del período.

Castilla-La Mancha aceleró su crecimiento en 2018 hasta el 2,8%, cuatro décimas más que el año anterior y 0,2 p.p más que la media de España. Este dinamismo se observó en el consumo privado, que aumentó por encima de lo anticipado, en un impulso fiscal mayor que en otras regiones por la aceleración del gasto público autonómico, en el dinamismo de la inversión y las exportaciones de bienes. Y además, en unos servicios turísticos que continuaron aumentando al ritmo de años anteriores.

La economía castellano-manchega continúa su recuperación en 2019 y 2020

En el inicio de 2019, Castilla-La Mancha siguió manteniendo niveles de actividad sólidos (crecimientos del PIB que se estiman en torno al 0,6% trimestral en los dos primeros trimestres del año). El Servicio de Estudios de BBVA prevé que el PIB de Castilla-La Mancha crezca un 2,3% en 2019 para desacelerarse hasta el 2,1% en 2020, en línea con lo que sucede en el conjunto de España. Con ello, la región enlazaría seis años de recuperación.

En este contexto, diversos factores contribuirán a mantener el ritmo de crecimiento de la economía castellano-manchega, aunque las expectativas son ahora algo menores que hace unos meses. Así, la evolución de la actividad mundial muestra señales de estabilización. Además, el menor crecimiento de la eurozona y EE.UU. ha supuesto una normalización algo más lenta de la política monetaria, que, como contrapartida, asegura más liquidez y tipos bajos durante más tiempo.

Esto favorecerá la demanda interna y, en particular, la recuperación del sector inmobiliario y de la inversión productiva y consumo regionales. Adicionalmente, este entorno con un euro algo más depreciado, junto a un precio del petróleo que se mantendrá lejos del alcanzado en años anteriores, podrían favorecer el consumo de los hogares castellano-manchegos y contribuir a sostener la recuperación de las exportaciones fuera de la eurozona, principalmente, de bienes.

Por otro lado, el impulso fiscal regional ligado al aumento de salarios públicos y pensiones, el incremento del salario mínimo y la mejora del empleo, contribuirán a aumentar la renta disponible de los hogares y sostener el consumo a corto plazo. 

Asimismo, el sector turístico modera su crecimiento, debido, principalmente, a que la demanda de los residentes españoles se muestra algo menos vigorosa.

44.000 nuevos empleos en Castilla-La Mancha hasta 2020

De cumplirse el escenario previsto, entre el final de 2018 y el de 2020, se podrían crear en Castilla-La Mancha 44.000 nuevos puestos de trabajo, lo que permitiría reducir la tasa de paro hasta el 12,7% al final del periodo, todavía 1,7 p.p por encima del nivel pre crisis. Además, los primeros datos de 2019 apuntan a un menor dinamismo del mercado laboral castellano-manchego.

Sin embargo, la recuperación del empleo, aunque es generalizada, muestra diferencias en términos territoriales. Así, se observa una mayor creación de puestos de trabajo en las grandes áreas urbanas cercanas a Madrid, como Guadalajara, que ya ha superado el nivel de empleo pre crisis y Toledo, que se encuentra próxima a este nivel.  En 2019, Albacete, Cuenca y Ciudad Real recuperan algo del diferencial. Con todo, a finales de 2020 el nivel de empleo en la región aún se situará casi 1 p.p por debajo del nivel pre crisis

A esto se añade la dificultad para cubrir determinadas vacantes por la falta de formación para las ocupaciones que se crean. Por tanto, BBVA Research señala la necesidad de impulsar medidas que reduzcan la vulnerabilidad de la economía y que favorezcan la formación y la inserción de los parados de larga duración, y de los jóvenes que actualmente ni trabajan ni estudian.

Factores de incertidumbre

En el escenario global los riesgos más evidentes son el aumento de las tensiones comerciales y los anuncios de mayores aranceles entre Estados Unidos y China. En Europa, también se añade la situación de recesión en Italia, el débil crecimiento en Alemania y la inquietud por la mayor probabilidad de salida sin acuerdo del Reino Unido. Un posible conflicto comercial situaría a la región ante un entorno de menor crecimiento de la economía mundial.

A nivel doméstico, la incertidumbre de política económica se mantiene elevada, por la repetición electoral y las dudas sobre los efectos de algunas de las medidas recientemente aprobadas. Todo ello afecta a la confianza de los agentes y a sus decisiones de consumo e inversión.

Asimismo, el aumento del salario mínimo podría tener efectos negativos sobre la actividad y la creación de empleo a largo plazo, en la medida que no venga acompañado de políticas que mejoren la productividad.

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